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Año de composición:

2013

Instrumentación:

Flauta Paetzold, voz soprano y guitarra

Duración:

5'59"

Datos de estreno:

Intérpretes:

Dedicada a Trío Croma: Paola Muñoz, flauta dulce, Cecilia Barrientos, soprano y Diego Castro, guitarra

Edición:

sin especificar

Partitura:

Sin salir por la puerta, sin mirar por la ventana

Audio:

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Comentarios:

Sin salir por la puerta, sin mirar por la ventana (2013), para flauta Paetzold, voz y guitarra. El compositor decide encerrarse en su casa luego de un largo viaje. Debe componer una pieza en la que lleva pensando mucho tiempo pero sobre la cual no ha escrito ni una sola nota. El compositor sale lo menos que puede de su casa. Sólo el calor de un verano lejano lo ayuda a soportar el invierno propio. (Los cambios radicales siempre afectan su ánimo). El compositor toma la guitarra, su propio instrumento (al cual le tiene fobia a la hora de componer), y se lanza a la página en blanco. Se propone que desde ese artefacto, que descansa al lado de su cama, emanen las diferentes figuras y texturas que se replicarán en el transcurso de la obra en la voz y la flauta. También se propone seguir dialogando con el libro que Lao Tsé escribiera hace más de 2500 años: el Tao Te King; al mismo tiempo que piensa en qué hubiera dicho el propio “Viejo Maestro” si se hubiera enterado que, en el año 2013, un joven compositor, encerrado en su casa luego de un largo viaje, iba a estar trabajando en una obra basada en uno de sus famosos epigramas que, paradójicamente, habla sobre que no es necesario siquiera salir por la puerta para conocer el mundo.
En la pieza, el texto aparece de manera íntegra, de comienzo a fin, en su idioma original: chino mandarín:de sus famosos epigramas que, paradójicamente, habla sobre que no es necesario siquiera salir por la puerta para conocer el mundo.
En la pieza, el texto aparece de manera íntegra, de comienzo a fin, en su idioma original: chino mandarín:

Sin salir por la puerta
se puede conocer el mundo.
Sin mirar por la ventana
se puede conocer el camino del Cielo. Cuanto más lejos se va
tanto menos se aprende.
Por eso el sabio
sabe sin desplazarse. Entiende sin ver
realiza sin hacer.
(Tao Te King, epigrama 47)